domingo, 7 de febrero de 2010

El interior
















El interior, que apenas se visualiza a través de la ventana, mezclado con el paisaje que refleja, sus detalles de construción e intervención de los moradores, a mi parecer, es lo que más me atrae de las ventanas que me atrapan. Me imagino, a veces, como discurrira la vida de sus moradores. Me imagino a mi mismo, en otra vida ajena, a otro lado de la ventana. Claro, hay unas vidas que me atraen más que otras y todas igualmente misteriosas.


De tanto imaginar, hechos de la vida, en algunas de estas ventanas, no logro con el tiempo saber si son mis recuerdos, hechos imaginados o los de otros. Tambien, cuando escucho o leo recuerdos de otros, me pasa que de tanto recordarlos pienso que son mios, los siento como si fuese yo el protagonista, de esos recuerdos ajenos, aún sabiendolo.


Ahora, algúna vez Carmelo escribió, quizás, que para desprenderse de fragmentos de texto los subia al blog. Pues esto estoy haciendo con las ventanas. Las dejo aquí y las borro de mi ordenador. De ese modo ya no las veré más "en mi pantalla extra plana como lonchas de jamón ibérico". Verdaderamente Sr Palomino, no hay nada como el disfrute de palpar las ventanas en papel fotografico, además de la imagen, el tacto.




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