Rabanal del Camino

Rabanal del Camino. Aquí las ventanas también se toman un descanso. Es conveniente después de traslucir y reflejar tantas cosas, tantas personas, tantos hechos y tiempos distintos, no todos alegres. El agua, que cae sobre ellas, las terminará limpiando. Mientras, solo reflejan el cielo.

Catedral de León

La Catedral de León, fue una gracia especial, que disfrutamos casi todos los dias, en la mañana, temprano, cuando salíamos a comprar el pan. Esto, después de la partida de los peregrinos y el albergue ya estaba ordenado, ese era el momento. Antes de la llegada de los turistas, podiamos vivir el silencio de la Catedral. En algunos instantes, se confundían los tiempos, pasado, presente y futuro eran la misma cosa. Era extraña la sensación de sentir de ese modo el tiempo. Nosotros eramos muy conscientes, de que seria la unica oportunidad de vivirlo de ese modo, de a poco, cada dia, hasta el dia de la partida.

El albergue

El albergue, Las Carbajalas, tiene un buen espacio interior. Recuerdo. Es agradable, allí mirar al cielo, dentro del margen que da la edificación. Observar, ese espacio como va cambiando, en cada instante, las nubes de diferentes formas, los colores que varían según la luz del dia. Después de caminar, lo mejor es quedarse activamente reposando el cuerpo y dejar el alma volar por ese espacio, junto a esos pajarillos que cruzan constantemente el cielo y según me dijo un hospitalero, duermen volando.

En plaza Mayor

En plaza Mayor de León, me encontré con esta vidriera.