jueves, 17 de febrero de 2011

"Cualquiera puede decir



















"Cualquiera puede decir que cualquiera puede escribir. Pero hace mucho, muchísimo tiempo que no veo personas escribiendo en las mesas de los bares..." he leído, en el blog de Carmelo, hace algún tiempo. Y comencé, casi inconscientemente, a observar esa realidad en los espacios que me muevo. No recuerdo en que momento dejé de ver personas escribiendo, dejando pasar el tiempo lentamente, en la mesa de los bares o en los bancos de los parques. Pero recuerdo que, sí era una realidad. A veces, solía hacerlo en la plaza de mi ciudad o en el parque de la Alameda, cuando aún estudiaba, y después durante la universidad. Pero no recuerdo cuando deje de hacerlo. Tal vez lo reemplacé por escrituras más profesionales y ocuparon el lugar de las otras, también importantes. Claro que, ahora recuerdo, cuando hacíamos el Camino y estuvimos de hospitaleros en León, escribíamos nuestras reflexiones casi todos los días y no éramos los únicos. Después lo dejamos.


Hoy en mi ciudad, ya no veo persona alguna sentada en algún lugar público, escribiendo. Y me refiero a hacerlo de modo manuscrito, sobre papel, libreta o cuaderno personal, el registro de los pensamientos. No a tomar nota de algún domicilio, oferta comercial o numero de móvil de tal o cual. Tampoco me refiero con escribir, a aquellos que en su ordenador portátil se dedican más bien a examinar paginas web, su red social o responder mensajes. Como esos mensajes de texto en el móvil. Esto, tiene más que ver con el activismo reinante. Lo otro, requiere de tiempo y algo de silencio o quietud interior. Supongo.


Alguna vez, vi personas en la cafetería o en un carro comedor de ferrocarril, al lado de la ventana, y sobre la mesa, una libreta grande junto a una estilográfica, otras a un "bic", escribiendo al parecer recuerdos o impresiones que observaban del viaje. Otros, leían un libro y tomaban notas aparte, tal vez de párrafos que les atraían o que cuestionaban. También los vi en un banco del parque, muy entregados a escribir sus pensamientos. Pero ha pasado tiempo.


Tal vez, aún las personas escriben en el interior de sus hogares, en la oficina o en otro lugar a resguardo de la curiosidad de la gente. Donde no los vemos. Por lo que toca a los escritores, creo que así lo hacen.


"El amor es urgente, porque voy a morir" dice el poeta Raúl Zurita en una entrevista, también lejana, a un semanario. Por el Parkinson debió abandonar el hábito de escribir a mano, ahora la inmediatez del ordenador es lo suyo. Dice Zurita "El cambio ha influido para bien, no soy un nostálgico del lápiz, no tengo esa fijación romántica. Teclear es más rápido."


He comenzado a escribir a mano, en mi cuaderno, para recuperar el hábito que quizás nunca tuve y quisiese tener. Como pienso lento, es el medio que me ajusta. Después, teclearé más rápido, lo escrito, en el ordenador.


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2 comentarios:

elfindelpin dijo...

¡ Me has emocinado, amigo !Vengo del curro, de lo de la limpieza. Trebajo, trabajo, mal pagado pero celebro tenerlo.Me calma , me apacienta.Estuve con Antón en Arco. Tan buena la feria como predecible. He estado blandengue estos ultimos meses. Opte por la mudez. Observo que contagiados por no se que milonga se escupe demasiado. La vida , esta vida otra que nos envuelve y de la que hay que defenderse. Quise comentarte en tus pasados post. Nunca es tarde. Un abrazo. Salud de acero.

Joaquin C. dijo...

Que bueno de saber de ustedes. Acopiar fuerzas para despues saltar más lejos, es necesario el silencio. Dejo la recepción nocturna, tambien mal pagada, para ir tras el dia, el sol, la luz y otro trabajo.Cambio de vida, esta se me hacia insoportable. Salud para tí y tu familia. Un abrazo.