domingo, 12 de diciembre de 2010
Las vidrieras
Las vidrieras de la Cripta, pudimos verlas otra vez, algunos años despues. Pero todo habia cambiado. Ahora, era como la atracción de un circo y ademas de pagar entrada, una lista de prohibiciones, entre ellas hacer fotografias. El tiempo de visitarla, controlado. Por lo que decidimos quedarnos a oir misa ese domingo en la Cripta. El parroco, ya no era el mismo al parecer pues se alteraba si hacias ademan de hacer una foto, en el interior. El anterior, nos animaba a hacerlo, orgulloso de la arquitectura.
Recordabamos, lo agradable de descansar alli, del sol de junio, en la penumbra, solo con la luz que penetraba a travez de las vidrieras. Invitaba a la oración, la belleza manifestada en la materia.
Una tercera vez, regresé acompañado por mi hijo. Lamentablemente, le contaba como habia sido la primera vez, sobre el silencio, la tranquilidad, el caminar pausado y reflexivo. Que rapido ha cambiado todo. Aún asi, vale la pena visitarla.
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