En este cumpleaños ya casi olvidado de Jesús, les deseo a todos, una Navidad en paz y tranquilidad, lejos de mundanal ajetreo. Que se regalen a si mismo lo que más les guste disfrutar. Yo me recordaré de ustedes.
A mi, esta fiesta y las de fin de año, me produce una mezcla de sentimientos -incluso contradictorios- alegres y tristes a la vez. Es como si una muestra de los diferentes momentos vividos y de aquellos que hubiésemos querido vivir, se hiciesen presentes en nuestra memoria.
Recuerdos de antiguas fiestas, desde la niñez hasta hoy, afloran en el corazón. Tal vez, momento ya de sanar de nuestros dolores por el tiempo perdido.
Salud a todos.
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