Sombras en la cortina, me llaman la atención y me dicen algo que no logro alcanzar. Tranquilidad, tal vez sencillez de la imagen, como un cuadro. He cerrado las ventanas para que la luz de la tarde de verano, de estas vacaciones en la Patagonia, no nos deslumbre. Pero aún así me sigue deslumbrando y me quedo ante las ventanas cerradas como frente a un televisor o mejor como cuando estoy frente al altar mirando el sagrario con sus cortinas cerradas.
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