Las ultimas ventanas, que tal vez vio mi madre en su recorrido por su casa, el 29 de septiembre con seguridad fueron estas.. Al bajar al medio dia, a planta baja, regularmente se asomaba por la ventana primera. Mirar si había movimiento por fuera. La segunda invariablemente la vería al ir al lugar donde se retiraba a buscar un poco de converzación y disfrutar de algún té en la cocina. Lugar que siempre a sido acogedor y a través de su ventana atractivo de mirar. Seguramente la observó largamente mientras sorbía su ultimo té del día. Sin saber que ya no volvería a poner allí su mirada. Y a su regreso observaría desde la ventana del comedor como invadía ya la primavera su jardín, sus rosas que tanto disfrutaba. A cada persona que veia que le gustaban, les enseñaba a desbotonar las rosas. Disfrutaba mucho con esta estación.
En la madrugada del dia siguente, a la hora que los monjes se levantan a hacer sus oraciones, ella se fué al jardín de rosas donde la primavera es eterna.
Hoy, al borde del fin del dia, comenzó por fin el rescate de los 33 mineros.
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