sábado, 12 de junio de 2010

Santiago de Nuevo Extremo.








Si, hemos dejado las tierras australes y pasamos por esta bulliciosa capital. Aquí, como en toda gran ciudad, hoy tenemos grandes ventanas. Edificio ventanas, que se reflejan en frente creando la ilusión de poseer lo que no poseen.

Recuerdo que visitando la catedral, me he encontrado a la entrada, a la izquierda, en un recoveco, una gran imagen del Apóstol Santiago. Siempre me ha llamado la atención el descuido de esta urbe por el patrono que le da su nombre. Reflexión que asoma doblemente por la cercana fecha del 25 de julio, fiesta del Apóstol.

He encontrado un articulo de Joaquín Alliende Luco que toca este tema. “La capital de Chile tiene por nombre original Santiago del Nuevo Extremo. Es la más populosa de las ciudades santiagueñas y la de mayor incidencia política, precisamente por su capitalidad. Si no engañan numerosos indicios, es también entre esas urbes y villas la más desmemoriada del peso especifico que le concede el nombre bautismal del origen”.” Quien viva en la capital el 25 de julio, festividad del Apóstol, tendrá que preguntarse de donde tanto silencio acerca de Santiago.” “Pálido, muy pálido el 25 de julio .La colectividad gallega saca su fidelidad y su mirriña, celebrando a su Tiago con una vivacidad y constancia que contrasta mucho con la poca gestualidad del santiaguino corriente. Cuándo comenzó tal indiferencia, tal apatía. Por que no vale aquí y ahora, el adagio latino de que el nombre es presagio, destino, auspicio, augurio. ¿”Nomen est omen” Santiago del Nuevo Extremo? ¿El intimo de Jesús, el primer Apóstol mártir te camina en la sangre por acaso? No bastan algunos ritos y algunos devotos. Una fiesta patronal, o toca la extraña popular o yace en grave letargo. Puede ser que la actual crisis santiaguina de la bruma artera y contaminante, que la perdida de comunión entre los barrios y el atochamiento enervante de las vías, precise de un recurso transtécnico. Puede ser que estos malestares sean fiebre de un mal más hondo y trascendental. Si no se redescubre el fundante genios loci, el alma del paraje urbano, si no posee al ánima propia, no habrá re-animación de los aires ni serenación de las calles santiaguinas” Joaquín Alliende Luco, El Apóstol Santiago. Rev. Humanitas.



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